martes, 10 de diciembre de 2013

"Si tú quieres felicidad de una nación, de una civilización, de una sociedad, haz cualquier cosa para la felicidad de la mujer"

Desde Luna Roja tuvimos el enorme placer de realizarle una amenísima entrevista a Laura Uplinger*, Licenciada en Psicología Experimental por la Sorbona y especialista en concepción y embarazo, quien nos pidió desde el primer momento que hiciésemos “como si hubiésemos crecido juntas” para tratar los diferentes temas que recorrimos en la charla: menstruación consciente, el aspecto sutil de los sucesos biológicos en los cuerpos de las mujeres, la concepción y el embarazo consciente, el empoderamiento femenino y la responsabilidad con la libertad, y mucho más.

por Julia Ruppel





No hay un debate abierto en los medios sobre el tema de la menstruación. Al menos no parece ser un tema del que se hable con frecuencia, al menos en Argentina, tal vez en otros países como México, Chile, pero no aquí...

Sí, pero no hay mucho. Todavía es muy tabú. Es así. Hablar de la sangre menstrual… si uno no va hacia el místico, se queda en el psicológico, o entonces la tensión premenstrual, que era algo muy médico y no como la esencia de la mujer. No han tenido nuestras queridas antepasadas recientes el placer de poder hablar de estas cosas. Entonces estamos poco a poco pudiendo hablar naturalmente. La mayor parte de mi generación se vio con su primera menstruación donde la mamá le pasaba unas servilletas y sin mirar, sin hablar y recogí esa información entre colegas y amigas, o alguna abuela o alguna madre que estuviera más abierta. Pero era algo muy raro y te hablo de Europa y Estados Unidos, fíjate en nuestros países latinoamericanos ¿no? Entonces yo creo que ese debate es muy lento por falta de hábito de hablar de esas cosas.

Y más allá de la sociedad en general, particularmente desde algunos sectores del feminismo clásico se critican las nuevas propuestas de las ecofeministas de hablar de la menstruación como un proceso natural, vinculado a la tierra y a lo corporal de la mujer, que proponen utilizar durante la fase menstrual toallitas de tela o copas menstruales. La frase común es que las mujeres que se vinculan con esta parte más “natural” quieren volver a la Edad Media.

Sí. Y la verdad es que en la Edad Media no había nada de eso… es más, las mujeres eran quemadas en la hoguera. Es decir, algunas feministas quisieran que hiciéramos nuestras cosas de mujeres (tener hijos, amamantar, menstruar) como si nada fuera, como si fuéramos hombres, donde lo único importante sería salir al mundo a ganar dinero. No sé cómo hemos comprado esa idea que hay que vivir para trabajar en vez de trabajar para vivir. Ahora, es sencillo retomar esos temas pero quedarnos con la sencillez. Como se describe en La Carpa Roja, donde las mujeres iban al medio del desierto todas juntas a menstruar. Y una de las costumbres era que ante la primera menstruación de una niña se la acompañaba, y con mucho cariño y un poquito de vino le introducían algo en la vagina para romper la membrana y que no tuviera esa historia de la virginidad, tal vez para que en su primera relación sexual pudiese tener mayor placer, no sé. Está muy bien descrito en el libro cómo aguardaban a que la niña se relajaban, realizaban el procedimiento, y luego la contenían, la peinaban… Así que, ¿desde cuándo eso de la virginidad es tan importante? Yo pienso que tenemos mucha información, pero que nosotras tenemos que traer la nuestra. Ahora bien, hay formas de dedicar la sangre.

La sangre menstrual que se obtiene de las copas menstruales o las toallitas de tela se suele dar a las plantas…

Sí, y las plantas la reciben. Pero también como la sangre es un vehículo astral muy poderoso, cualquier tipo de corte, cualquier tipo de sangre que salga del cuerpo humano –hombre o mujer- dicen los clarividentes que hay entidades que se interesan por sacarle la energía a esa sangre. Parece que la sangre es un líquido extremamente poderoso. Entonces si estás un día en la cocina, pelando las papas y de repente te cortas y cae una gotita de sangre, bueno, entonces hay que dedicar esa sangre a entidades luminosas, porque a veces que hay de todo cerca de nosotros... Ahora bien, si estamos con la menstruación, también habrá que dedicarle la sangre a la madre divina, a seres de luz. Porque mientras que tú dices que hay dueño, otros no pueden venir. Es decir, decirles a las menstruantes que su sangre es idéntica a la del gran poder (fíjate los pactos de sangre, cómo se firmaban con ella, y tratos con el diablo y otras cosas de muchas leyendas). Nosotras que menstruamos desde nuestra juventud, podemos dedicarla a entidades luminosas. Entonces pienso que esto ya ayuda mucho.

Entendiendo entonces la sangre menstrual no como un patrimonio individual sino colectivo de las mujeres, dedicarla al cosmos…

Sí, pero cualquier sangre que venga de un cuerpo humano si podemos dedicarla a seres de luz nos crea un vínculo más interesante que si sólo la dejamos correr…  Pero claro, cada uno tiene su vibración en cada momento y está rodeada de seres más o menos benevolentes. Por ejemplo yo me sentía muy poderosa cuando tenía mi menstruación… iba al colegio, rendía un examen, yo con trece añitos, y aunque me molestaba tener algo entre las piernas como no me dolía nada podía observar que tenía mayor poder de manifestar algo. Y si ese algo consistía en ir de excursión, o un examen, me salía bien. Eran días auspiciosos, diría yo.  Pero poquísimas mujeres tienen eso… Cuando tuve mi trabajo de parto fue la misma cosa, dolor, pero una fuerza muy grande que venía desde adentro. Entonces ya para las que van a tener hijos, el tipo de dolor que una siente durante los días de menstruación te da una idea de cómo va a ser el trabajo de parto. Qué tipo de dolor, de contracciones uterinas vas a tener, porque en cada mujer es distinto. El dolor menstrual, que a veces la imposibilita a la mujer y la obliga a estar en cama por dos días, y el no dolor menstrual, las dos cosas las vemos bien distribuidas por la humanidad.



Puntualmente con el tema del dolor, pienso en el papel de las farmacéuticas que todo el tiempo nos están transmitiendo que compremos Ibuprofeno durante la menstruación y cómo nosotras nos acostumbramos a callar al cuerpo cuando tal vez muchas de las veces éste nos esté pidiendo atención ante la vorágine de nuestras vidas cotidianas. Y si vuelvo a tus palabras, Laura, cuando decís que los dolores menstruales nos preparan para el parto, supongo que nos estamos perdiendo una parte importante de exploración de nuestra vida fértil y sexual al suprimir los impulsos corporales mediante fármacos. Tiene que ver con la vida que llevamos como seres humanos y con lo perverso del sistema, ¿no?

Es un tema… el de las industrias farmacológicas, inclusive con mujeres que trabajan dentro de ellas. Se han apoderado de casi cualquier cosa. Incluso yo vi que las mujeres embarazadas en Estados Unidos a veces están tomando anti depresivos al final del embarazo para prevenir la depresión post- parto. Y la depresión post-parto es algo fácil  de evitar, es algo de una sencillez absurda. Este tipo de aflicción sucede por la falta de contacto después del parto.  La depresión sería una tristeza inmensamente profunda de algo que debería haber pasado y no pasó: la comunión con ese bebé (que finalmente está afuera). Está bien prevista por nuestra neurofisiología una comunicación fuertísima con la piel, con la mirada ya que van a pasar días hasta que la criatura esté bien despierta luego de ese momento tan oxitocinado. Esa primera hora, noventa minutos después del parto la mujer tiene una alta máxima de oxitocina que sólo consigue luego de parir – ni siquiera en un orgasmo maravilloso – y es decir, todo eso que está en movimiento es para que ocurra un download del hemisferio derecho del cerebro de la madre al del bebé. Como si un cerebro pudiera aprender con el otro a través de la retina. Es una lectura muy sensible por la retina. Entonces separar a un bebé de una madre para lavarlo, limpiarlo, aspirarlo, durante esos primeros noventa minutos es crimen, es una falta de ética atroz. Y puede darte un año de una depresión, donde esté algo difícil pasando. Es algo que estaba destinado, y esa mujer no lo vivió. Ésa es la esencia de la depresión post-parto, aunque no todas las mujeres la viven de la misma forma. Esto es a lo que se llamaba baby blues[1], situación que disminuyó notablemente cuando dejaron permanecer juntos a la mamá y al bebé en la misma habitación luego del parto. Ahora, todavía no han tenido la audacia de hacer un estudio de las que no se separaban ni siquiera un minuto (normalmente son dos horas de observación, yo  veo aquí en las clínicas particulares)… sería interesante. Es una lástima que separen a los bebés de las mamás porque si hay algún tipo de niño o de niña que tuvo intervención en el parto, si existe tendencia al autismo o indicio de posible deficiencia de atención debido a que hay áreas del cerebro que no están completamente desarrolladas todavía, esa hora de gran comunión tal vez pueda reponer el crecimiento que viene después con el amamantamiento. Es decir, es posible que tantas intervenciones como se hacen exponen al bebé con tendencia al autismo a una mayor probabilidad de tener dicha patología. No recuerdo si lo dije cuando estuve de visita en Argentina, pero por ejemplo en Tokio, en un mismo barrio hay dos maternidades donde en una de ellas hay mayor intervención en el nacimiento que en la otra – los médicos tienen la misma formación en ambas, las personas tienen el mismo poder económico, social y cultural – y es en esta primera de donde resultan mayor cantidad de niños autistas. Entonces, si la única diferencia entre esas dos maternidades es la intervención al nacimiento, por lo menos que sería prudente que dejaran estar juntos a ese bebé y a esa mamá, en esa hora u hora y media que sigue al parto. También a nivel de la microbiología es importante, de la flora, de la piel, del tracto intestinal… Da lo mismo que sea cesárea, debería ser posible estar siempre con el bebé. Pienso que si respetáramos eso… si los bebés fueran deseados y si no fueran separados de sus madres yo creo que gran porcentaje de los problemas humanos desaparecerían, por ejemplo los hospitales psiquiátricos tendrían que cerrar. Y esto por haber utilizado bien momentos privilegiados que son ventanas de oportunidad.

Siguiendo con este tema de las intervenciones al bebé, ¿qué impacto tiene para un ser humano, tal vez a nivel espiritual y/ó psicológico, nacer en un entorno hospitalario?

Mira, el impacto sobre el bebé de un nacimiento hospitalario depende del impacto sobre la mamá. Bebé y mamá están muy vinculados. Si la mamá ve al hospital como un lugar seguro, y se puede relajar, ese bebé estará feliz, pero si la mamá lo ve como una invasión el bebé percibe la agresión que siente la madre. El bebé tiene con el nacimiento  su primera transición de vida, que es inmensa, donde la sangre va a circular distinto, la respiración tiene que lograrla de forma autónoma, debe regular las sensaciones térmicas de su cuerpo – porque ya no estará en un ambiente de temperatura constante como lo era cuando se encontraba rodeado del líquido amniótico  - , va a sentir el peso de su cuerpo cuando antes se sentía como en una piscina, y si no hay una gran armonía a su alrededor él va a asociar cambio a miedo. Mucha gente tiene miedo a lo desconocido. Y hay gente que no, por ende no es algo obligatorio, es decir que esté en el instinto humano. Hay personas entonces, que asociarán “lo desconocido” con la primera vez que vivieron esa situación, que fue al nacer. Y si la mamá está tranquila, relajada, llena de esperanza de ver a ese chiquilín en sus brazos, si pasa todo de manera armoniosa en el hospital o en casa – porque puede ser bello en el hospital -, si ella está incluso vinculada a su propia alma y agradeciendo a todas las mujeres que tuvieron hijos en su linaje llegando incluso a la primera mujer del mundo, si se siente (la palabra está de moda pero es importante) empoderada y no necesitando apoyo de todos, si está con una sonrisa en el alma, ése bebé va a nacer con confianza porque la siente en su madre y no tiene cómo escapar de la bioquímica de la sangre de la ella. El cuerpo es nuestro instrumento para el resto de la vida y está recibiendo informaciones muy fuertes en el momento de nacer. Yo veo esas películas antiguas donde cada vez que alguien tiene un problema se voltea y tiene un vaso con alguna bebida alcohólica, es decir, un poco de anestesia para un momento difícil, ¿qué tendencia es ésa? Tal vez su nacimiento fue bajo anestesia general y esa persona va a repetir ese momento inconscientemente: no lo sabemos. En la primera transición estaba ya con anestesia, con químicos, donde alguien los tenía que ayudar… Pero hay que saber que se pueden amar los cambios.  Es terrible cuando se les roba la posibilidad a las mamás y a los bebés de vivir una experiencia que puede ser muy entera, con mucho placer incluso, un placer de esperanza, de “aquí estoy, aquí llegué por mis propios medios”. Le da miedo a un bebé el miedo de una madre. Le da miedo a un bebé el miedo de la madre a no poder, no saber. Es complicado, y lo estamos haciendo por el mundo entero, de manera automática y la gente no sabe y al mismo tiempo los profesionales de salud también nacieron: parteras, médicos, anestesistas… ellos también tienen su historia y está siendo eso inconscientemente activado cada vez que hay un parto. A través de la memoria, celular incluso, memoria límbica, al ver algo eso despierta en ti el recuerdo de esa experiencia anterior. Y podemos decir que es un maltrato, si bien en algunas situaciones salvan vidas. Pero hoy en día estamos haciendo cesáreas con porcentajes de 90% en algunas instituciones. La ciencia quiere negar la existencia de un Yo, de un ser que está allí arriba registrándolo todo, ¡qué lástima!

¿Qué importancia tiene entonces el conocer el propio nacimiento, qué nos ayuda a descubrir de nosotros mismos, más allá del aspecto fisiológico?

Nosotros somos seres espirituales, claro, pasando por la experiencia humana como dice Teilhard De Chardin. Pero hay sufrimientos en nosotros, incluso alegrías, que uno no sabe bien de dónde vienen y a veces se pueden identificar. Pueden venir de la propia madre durante el embarazo y también ser reforzados durante el parto. Entonces saber de dónde me viene un miedo, que no es mío, que fue de una situación difícil que yo viví, ¿por qué fue difícil? porque yo era impotente, no podía hacer nada, no podía ni siquiera hablar. Pero ahora ya tengo 30 años, 25 años, 50 años, y puedo mirar hacia esa situación que no ayudó en mi cuerpo y a toda la parte neurofisiológica,  y verlo con mi mente actual y entender que no fue tan grave, porque ahora yo ya tengo mi mano, mi palabra, mi mirada, ya puedo yo educarme, ya puedo yo tener experiencias que puedan incluso casi como compensar algún sufrimiento. El sufrimiento del bebé que está siendo maltratado en el nacimiento o la mamá maltratada, es enorme pero es total. Hoy día si alguien me maltrata me puede molestar mucho pero no es algo total, mi identidad es mucho más fuerte, tengo más libertad. Entonces si yo voy a ser mamá o papá y conozco mi nacimiento eso será un inicio de conciencia para que no se repita la misma cosa. Lo que nosotros no conocemos en nosotros mismos puede dominarnos de una manera absurda. Pero si ya lo conocemos, ya podemos elegir. Es el milagro de la conciencia ¿no? Si yo tengo conciencia de que mi parto fue duro, yo puedo pedirle a un amigo que me haga un relajamiento hipnótico para ver si yo puedo darme la libertad en mi subconsciente de hacer un nuevo guión de vida para mi bebé, y no repetir/reproducir el mío aunque yo sea el papá o la mamá. Porque cada vez que una mujer está embarazada ella tiene actualizada en ella misma el bebé (el embrión, el feto) que ella fue, y el papá también. Cuando uno se involucra mucho con lo que vive le despierta una memoria guardada en nuestras células, en nuestra memoria de ser humano, pero que vivimos en aquélla edad. Y eso es muy interesante. Si estuviéramos tú y yo ahora hablando mucho de embriología durante dos o tres días, el embrión que hemos sido tú y yo estaría presente en nosotras, incluso como si estuvieran oyendo, aprovechándose de ese conocimiento. Entonces si yo soy médica, o parturienta o embarazada, o papá, es bueno que conozca cómo llegué a la vida, que yo sepa las condiciones psíquicas alrededor mío, incluso la sala de parto, para descifrar mi bienestar o mi malestar que tiene que ver con ese momento. Esa experiencia es primal, es de un tiempo pre-verbal donde no podíamos decir “déjame, déjame, quiero nacer en paz”, no teníamos cómo. Entonces viene una sensación de impotencia muy grande. Cuando sufre la mamá nosotros de bebés nos preocupamos mucho por cómo está ella. Así que uno va haciendo un trabajo de detective para ir descifrando lo que pasó para después poder elegir lo que no va a pasar y cómo estar abiertos a otros guiones que la vida nos ofrece.

¿Qué pasa entonces cuando toda una generación de seres humanos se han visto desconectados de esta etapa primal, del nacimiento ó del momento del parto?  ¿Ese no saber qué resultado nos deja como generación?

Es importante lo que tú estás preguntando. No podemos hacer experimentos con los seres humanos a nivel de laboratorio para decir “tú vas a tener conciencia, tú no la vas a tener”, pero si nos fijamos en la historia de la humanidad yo creo que ya está, tu pregunta está contestada: ¡¡¡es un lío enorme, interminable!!!  De gente que se siente insegura, gente que tiene una tristeza tan honda que le viene una agresividad muy fuerte. Cuando uno siente rabia, cualquier persona en cualquier momento, que la rabia sea pequeñita o gigante, que esa persona tenga poder o muchos poderes o no, pero por detrás de esa rabia, de ese mal humor, está siempre alguna tristeza. Y esa tristeza suele ser demasiado grande para que podamos enfrentarla. Tenemos un mecanismo de protección interior para que no lleguemos directamente a la tristeza. Porque con la rabia yo me siento fuerte entonces yo puedo aplastar a otro y hacer una venganza y no tengo que fijarme qué me duele en mí. Muchos pasan lejos de situaciones que los hagan revivir esos momentos traumáticos de los que fueron protagonistas. Si uno considera al ser humano como un hijo del Universo, conectado con Todo, Absolutamente Todo, el Ser de uno ya sabe dónde están los mensajes. Hay un Ser dentro tuyo, dentro mío, que Sabe. Es muy interesante. Si quieres saber cómo fue el nacimiento del Aconcagua, de una montaña, puedes entrar a una meditación profunda y llegas a estar en comunión con esos seres minerales que se levantaron e hicieron una antena de emisión y recepción de cosas mágicas para el planeta. Cada montaña representa un lugar importante de intercambio de energías espirituales. ¿Por qué? Porque una es una Hija del Universo. Y si una quiere puede hablar con el Aconcagua, ahora, esa es una disciplina maravillosa que yo no sé hacer pero sé que existe. Entonces fíjate que yo puedo pasar la vida entera sin querer pasar a mirar un momento duro, y me puedo poner agresiva, que va a imponer a los otros la voluntad… Sé de una mujer en Bariloche que hay una mujer que hace todos los partos con fórceps, ella es la Reina de los fórceps, y sabe usarlos como nadie pero ¿¡qué es eso!? Al fórceps hay que utilizarlo rarísimamente.

¿Esto pasa porque no se reconoce que el recién nacido también sufre cuando se le realizan prácticas invasivas? ¿Nos cuesta creer que una personita tan pequeña siente debido a la omnipotencia del ser humano adulto?

Sí. Cuanto más chiquito el bebé, más sensible. Cuanto más pequeño, más sufre. Y no tiene cómo salirse, y si la mamá sufre, el vínculo con ella es tan total que estará todo registrado como sufrimiento. Muchos seres en este planeta tienen miedo al cambio… miedo a una mudanza de ciudad, de casa, de trabajo, porque esa situación los va a transportar a la otra mudanza, la primera, el primer cambio.  ¿Tú no sientes a los humanos muy sometidos, muy sumisos, con muchos miedos?

Sí…

¡Cuando nacer no debería ser sinónimo de tener miedos! Pero así somos… Espiritualmente necesitamos al cuerpo como un excelente instrumento. Algunas terapias equilibran el cuerpo para que éste sea, y principalmente el cerebro, un instrumento adecuado para nuestra dimensión espiritual.  La mayoría de las veces no lo es, y verás que todas las drogadicciones (cualquier tipo de drogadicción ya sea sexo, trabajo, carbohidratos,  alcohol, cocaína, morfina) demuestran que la persona no llegó a la vida en plenitud. Que hay algo que compensar, algún sufrimiento que hay siempre que controlar, que minimizar… Entonces viene esta anestesia para un sufrimiento que sí duele y que viene desde mucho antes, cuando éramos bebés, pequeñitos, en el vientre, un año de edad…

A raíz de lo que mencionás sobre el cuerpo como instrumento, ¿por qué creés que algunas mujeres, tal vez desde el feminismo más clásico, intentaron o intentan separarse de lo biológico? Ya sea a partir de la utilización de ciertos fármacos, procedimientos médicos… etc. ¿Por qué buscamos distanciarnos de esa parte mamífera, animal, corporal?

Sí. La parte biológica, animal, que es bellísima, si estás saludable es el instrumento perfecto para el espíritu. Ahora, yo siento al mirar la historia, toda la antropología, que nunca hubo sociedad que considerara la vida de la mujer y la vida íntima y sexual de las mujeres y su reproducción de una manera grande y adecuada. Siempre fue más tabú, con miedos… te hablo del colectivo, porque siempre hubo enseñanzas.  Yo empezaría por qué hacemos con la sexualidad, qué es la atracción sexual cuando no hay amor en el sexo, qué tipo de celebración estamos haciendo. Entiendo que la sexualidad es una celebración cósmica del amor. Cuando hay sexo sin amor, que desafortunadamente pasa muchísimo, ya estamos poniéndonos en un desnivel, en una falta de equilibrio con las fuerzas del universo. Triste, ¿no? Veo  que hoy podemos hablar de esos problemas que siempre existieron y claro, de anticoncepción y existen otros medios, pero el problema me parece que sigue siendo el mismo. El hecho de poder nombrar esos problemas, de poder oír a esas mujeres que lograron un relajamiento más profundo, una conciencia mayor, yo veo que hoy podemos empezar un tipo de sanación planetaria. Parece que hoy hay más problemas, yo pienso que no. Hoy vemos mucho mejor los problemas. Hay menos mujeres disminuidas, por ejemplo en nuestro mundo Occidental pero que sí existen en África. Ahora, una cosa yo sé, y es que la naturaleza, la inteligencia cósmica, no permite que si en un grupo social las mujeres no están bien los hombres tampoco lo estén. Puede una pensar “¡Ah pero ellos tienen todo el poder!”, sí, pero están infelices. Si tú quieres felicidad de una nación, de una civilización, de una sociedad, haz cualquier cosa para la felicidad de la mujer, ¿y empieza cuándo? Cuando eres niña, cuando estás ya menstruando, cuando llega su embarazo. Si ella puede vivir con dignidad todas esas etapas como hija del universo todo va a florecer, y los hombres van a quedar ya seres mucho más plenos. Porque es imposible llegar a la vida sin ser por la mujer. Uno es educado normalmente por su mamá, por las niñeras, por las hermanas, después las maestras. El Femenino si lo respetamos, en una generación ya no habrá más miseria. Donde hay miseria económica, tú puedes estar segura que hubo algún daño al Femenino, porque no está previsto que la tierra no dé de comer, no está previsto que yo no piense en los demás, que un sistema político-económico rechace el bienestar de la mujer. Pero la única solución para nuestro crecimiento es enterarse de ese mecanismo de llegar al mundo, de cómo vivimos nuestro poder, porque nuestro poder es total y como lo utilizamos muy mal tenemos siglos y siglos de una humanidad muy infeliz. Yo felicito a Luna Roja por poder pensar, bloggear, sobre eso. Al nombrar la fuerza de la mujer, la fuerza de la menstruación, al nombrar la belleza del embarazo, ya están reequilibrando muchas cosas. No lo saben pero espiritualmente ése es el trabajo para que poco a poco haya más conciencia. Y ahí sí, los hombres que llegarán de las mujeres tendrán más dignidad, más felicidad. Una persona feliz va a tener más creatividad, ésa creatividad será más inclusiva de todos. No va a despreciar el medio ambiente, no va a contaminar sin que le importe. El carácter, el temperamento de un ser bien gestado es de comunión con la vida. ¿Pero cómo está bien gestado? Tenemos que abrazar a esa mujer, que ella encuentre su poder.  No es “apoyarla a la pobrecita”. Uno ve siempre que “la mujer necesita de ayuda”…  La mujer embarazada es la gran educadora, ella tiene el gran poder. La madre puede dar la mano a su hija y decirle con todo su cariño: “Nena, mira, tenemos una historia planetaria horripilante, pero nena, ¡vamos a caminar hacia más plenitud: es posible!”. Es una delicia ser madre de una niña y que ésta piense en lo femenino, sin intelectualizarlo, ¿verdad? Porque nosotras tuvimos que intelectualizar muchas cosas para llegar a la conciencia. Pero para las próximas generaciones se podrá ver que ciertos conceptos ya los tienen. Toda la forma que una madre tenga de mirar a la vida está traducida a un nivel bioquímico para cada tejido de cada órgano de la hija. Es entonces el embarazo el período de mayor poder educativo que tiene esa mujer madre. Cuando ella nace, y empiezan a educarla, ya es bastante tarde. La gran educadora, la gran profesora de vida, la que le va a dar los mensajes de cómo funciona el universo es la mujer embarazada. Es ella quien debería ganarse los premios de educación, pero claro, ¿cómo están las mujeres embarazadas por el planeta, las hermanas embarazadas? Están con mucho miedo. Para los padres, es importante descubrir que el mayor regalo a un bebé es la pareja y no así el carrito, ni la pintura del cuarto del recién nacido… Eso es un regalo y es para siempre. Para ese bebé es importante saber que donde nació hubo amor. Cuando hay amor en un acto sexual, el nivel de las vibraciones aumenta tanto, y una o uno ya es cómplice de la vida y parte del universo, con una participación activa. Es lindo gestar bebés que se sientan bienvenidos a la Vida. En dos, tres generaciones, los cambios son inmensos. Está sucediendo en el mundo que muchas parejas se enteran de algo intuitivamente, emocionalmente, a veces mentalmente, a veces las tres, a veces con clarividencia. Es bueno decirle sí a la Vida. Aunque sepa que una no hay garantías, eso de ser padres con garantías no existe. La entrega que una siente en el orgasmo de la concepción es la entrega que la llevará a través de su vida. Un seguro de salud, por ejemplo, no nos garantiza nada. Esa entrega puede ser cada vez más placentera, una entrega donde una participa activamente. Una se ofrece como es con toda su honestidad, y está a la espera de las señales de la Vida.

Desde el primer momento entonces el bebé tiene deseos, le está enviando mensajes a esa madre embarazada que muchas veces exceden sus necesidades de alimento, sino que pueden ser incluso psicológicas, emocionales, espirituales… Ya existe allí una comunicación entre mamá y bebé, desde el útero.

Sí. Incluso puede existir comunicación antes de la concepción. A veces el bebé ayuda a la mamá a encontrar un padre. Está eso. Es algo muy antiguo por la humanidad, en todas las civilizaciones hay ejemplos. El alma del bebé, de ese ser que está llegando, está muy interesada en cómo se está construyendo el cuerpo. El alma de ese ser trabaja con el alma de la madre, y la inspira, así como una hablaría con el arquitecto de una casa que está preparando para sí. Una visitaría esa casa todos los días, ¿verdad? Y una diría “preferiría que el color del cuarto de baño fuera un verde un poco más claro, está muy oscuro… ese ladrillo, prefiero esa piedra”. Si tienes dinero, si tienes plata, puedes hacerte una casa, lo mismo que sea pequeña, con materiales sólidos, muy resistentes, muy buenos, de excelente calidad. En cambio si no tienes dinero será una casa de cartulina. Bueno, así trabaja el alma del bebé. La mamá va a formar, va a proveer los materiales, la comida, y su manera de ver la Vida y eso va a estar en cada tejido del cuerpo. El bebé muchas veces ayuda a esa mamá. El alma de ese ser -que puede venir representado en un bebé pero resultar un ser mucho mayor que esa mamá- le inspira a su madre ideas, pensamientos que él necesita para su casita que se está preparando. Dicen los clarividentes que el alma del bebé no está en el bebé mismo, sino que lo visita, visita a ese cuerpo en formación pero no tendría cómo todavía vivir en ese cuerpo que no funciona aún. En civilizaciones como en Indonesia, la primera cosa que la embarazada hace es ir a ver al clarividente del pueblito que le dice cómo se quiere llamar ese bebé, si es un antepasado del pueblo… es interesante, eso está en la tradición. Hay mamás que saben muy bien quién es el bebé, y no tienen ninguna duda. Incluso algunas leen libros que no han leído antes. Tienen como un currículum universitario (risas). Ahora, una como madre tiene libertad total de decirle a un bebé “eso sí me interesa, pero eso no”. Si quieres leer un determinado libro o no. Porque a veces puede pasar que la madre tenga una sensación extraña, muy rara, por ejemplo, te daré un ejemplo un poco extremo: la mamá tiene ganas de mirar pornografía, pero ella no suele hacerlo, así que puede decirle al alma de su bebé que “ese tipo de sexo sin amor no es la mejor manera de expresar la gran fuerza de mi sexualidad, no solamente no voy a mirar esas cosas pero que sí voy a leer un libro donde hay una historia amorosa muy bella y quiero que sientas conmigo lo que es el amor y el sexo como culminación del amor.” Por ejemplo, aunque sea un caso extremo, la mamá también en eso es educadora. Puede ser que el alma tenga alguna tendencia, de una vida anterior, de algo menos evolucionado, y que la madre la pueda ayudar. La gran parte de las veces es cuando la mujer se pone casi como en oración con ese ser que está llegando para ayudarlo a conquistar su poder físico, para que su vida sea plena algún día.

Ahora bien, hay embarazadas que sienten mensajes de sus bebés durante la gestación intrauterina. Sucede también que mujeres embarazadas que están transitando este nuevo camino de conciencia están desconectadas de su madre biológica, tal vez porque al estar tratando de cambiar paradigmas con respecto a su embarazo, al parto o la crianza, esto las distancia...

Hay bebés que se desvinculan de sus madres. Eso pasa, pero a veces cuando esa persona es padre o madre, hace todo lo mismo que los padres hicieron con él. Hay que ver quién yo soy en mi pensar y quién yo soy en mi ser más interior. Mi pensamiento puede ser solamente la puntita del iceberg, pero por debajo hay mucho. Ahí entra el conocimiento de dónde viene uno. De algunos miedos. Y saber que mientras estás educando a un niño, lo mismo durante el embarazo, es muy bueno tener una lucecita para ver de dónde viene ese pensamiento. ¿Por qué tengo miedo de esto o aquello? Siempre cuestionar, siempre con un punto de interrogación. Porque lo que hemos recibido de nuestra madre durante el embarazo lo hemos recibido de una manera que está tan plasmada, que solamente si tenemos mucha conciencia nos podemos apartar del tipo de comportamiento que recibí, de los mensajes que “la vida es peligrosa, que la vida me debe algo”. Por ejemplo, una mujer se pone muy sometida, quiere agradarles a todos durante el embarazo, es muy gentil pero se olvida de ser ella misma. Le pasa a su hijo o hija, que una no debe ser una misma, que primero debe darle placer a los demás, al establishment, al status-quo. Entonces uno puede pensar de forma independiente de lo que recibió de la madre pero para de verdad ponerse independiente hay que poder quebrar transmisiones de tradiciones familiares y para eso es importante el análisis interior.

Muchas de las perspectivas que tenemos como madres gestantes, como criadoras de nuestros hijos, nos ponen en conflicto generacional con nuestras madres… Muchas de ellas dejan solas a sus hijas en el camino de la maternidad. ¿Se puede relacionar con lo difícil que es para algunas madres replantearse a través de su hija embarazada lo que fue y es su propia maternidad?

Haz puesto el dedo en un punto que le duele mucho a nuestra humanidad. La mayor parte de las veces tenemos que ignorar las cosas que hemos aprendido. Y una mujer que no tiene coraje, o fuerza de no seguir a su madre, porque le cuesta a una, ¿no? Pues… no lo va a lograr. Entonces, tienes razón, muchas veces una no va a estar en un situación linda de contar “porque mi abuela, o mi madre y ahora yo…” Para eso hay que tener tanta salud, que normalmente una no encuentra la suficiente. Hay que primero romper con el patrón de transmisión. Pasan veinte años, la abuela de esa mamá puede cambiar de idea… Una hija que va a romper con la tradición (que no es ni siquiera hablada) de la familia, también se vuelve educadora. Si te yo obedezco a todo, soy una persona obediente; si yo te desobedezco, si yo me salgo de tu camino, si yo te dejo en tu canto y hago mi vida, y no recibo tus órdenes (que muchas veces no son habladas), tú estás aprendiendo conmigo. Si tenemos el vínculo madre e hija, yo siendo tú hija tú poco a poco vas a cuestionar algunas cosas. Al principio te vas a poner furiosa, pero los años pasan y pueden ser veinte años y podemos volvernos grandes aliadas. Nunca la última palabra está dicha. Al final todo sale bien. Pero es muy doloroso saber que tú vas a caminar por la vida sin apoyo, ni uno, de una abuela o una madre. ¿Por qué es doloroso? Porque tenemos en el ideal que debería funcionar distinto, ¿no?  Pero debemos recordar siempre que cuando la vida nos cierra una puerta, y la cierra bien fuerte, hay ventanas que quedan abiertas. Y si una dice “Vida, yo te pertenezco a ti más que a mi propia madre, mi abuela, o mi nación, yo quiero ofrecerte mi independencia, yo quiero depender de ti”, ahí sí, ahí funciona.

Sucede al momento de elegir cuestiones como las del parto, por ejemplo…

Sí. Es algo importante de las mujeres que yo veo en el mundo Occidental, ellas no revelan a la familia dónde van a parir. Las que quieren un parto domiciliar no lo dicen, porque vieron tanta proyección, vieron un lío tan grande… En vez de saber que una va a estar en su casa, donde si hay necesidad de transferencia la tienes, si no la hay una maravilla, estando tranquila con todo lo que la vida depara, no planeándolo sino queriendo parir… pues, la gente va a hacer una cantidad tan grande de reproches ¡mejor no decirle nada a nadie!

Pareciera que hubiera una necesidad de hacer sentir insegura todo el tiempo a la mujer embarazada, esté o no de acuerdo con el sistema médico o su familia…

Es muy triste, pero las pioneras están abriendo caminos. Y es por el mundo entero. Yo tengo una vida en tres continentes, me falta el Asia, se entonces que me beneficié de quienes me abrieron el camino, como están beneficiándose otras por los caminos que yo pude abrir. Pero no por las cosas que dije o los artículos que publiqué, no, por mi manera de ser. Es algo mucho más hondo, mucho más profundo, como si fueran campos morfo-genéticos, que están saliendo de una y van ayudando a que una u otra acepte hacer su devolución silenciosa según lo que entiende. No sale todo perfecto. E incluso nuestros hijos no son perfectos, pero ya tienen un punto de partida tan más elevado, que el que tuvimos nosotras. Que ya con los hijos de ellos o ellas va a ser fantástico. Tenemos que pensar por dos o tres generaciones adelante, saber que lo que estamos sembrando son oportunidades de cambio por primera vez en el planeta. Disfrutando, sí claro, lo que la sociedad nos regala: de libros, de Skype, de caminar, de tomarnos un bus o un avión, pero al mismo tiempo disfrutando de un pensamiento progre. Sin dinero, con dinero… A veces una mujer con mucho dinero es menos libre que la que tiene justito para pagar el alquiler. Antes no era así, para tener un poco de libertad tenían que tener una gran libertad económica, sin eso ni leer ni escribir podías, y hoy ya se puede. Una se da el lujo de reflexionar, de hacer una filosofía propia, de pensar, de elegir un compañero, ¡eso es nuevo en la sociedad! Hay madres que no han tenido esa oportunidad. Había cosas que se esperaban de una mujer. Hoy la mujer tiene posibilidades de caminar por caminos que sus abuelas no han ni siquiera soñado. Entonces hay que saber que el cambio está ocurriendo.

Las mujeres están empezando a confiar en sí mismas, ya no quieren igualarse a los hombres para lograr sus derechos, quieren ser ellas mismas, teniendo conciencia de todos los procesos fisiológicos y espirituales que las atraviesan. Ahora desde algunos sectores se afirma que somos distintas y que eso también es legítimo, que hay que valorarlo, cuidarlo…

Sí, los hombres están muy infelices hoy día. ¡Mira cuántas enfermedades! Los  hombres están esperando que las mujeres puedan despertar a la feminidad verdadera. Y eso los va a alimentar porque la sabiduría de la mujer el hombre la necesita. Cuando no la recibe ni de la madre, ni de la hermana, ni de la maestra, ni de la amante, ¡dios mío! Los hombres se ponen repetitivos, aburridos incluso. Los hombres son seres magníficos pero necesitan de una educación, tienen que recibir algo de sabiduría del plano mayor, de las mujeres que están alrededor, y ahí sí tendrán motivos para ser personas que realizan. Yo creo que lo que los hombres realizan depende en medida del nivel de las mujeres que están alrededor de ellos. Y cuando ves, nuestras realizaciones a nivel de civilización oriental y occidental no son muy interesantes, son muchas veces pobres. Incluso son de fabricar bombas ¡cómo están enfermos nuestros hombres! Pero ¿por qué? Porque no han tenido ninguna educación verdadera hacia la Armonía Mayor.

Hace falta entonces una educación con principios femeninos. Las mujeres son educadas con nociones masculinas, inclusive durante procesos como la maternidad, donde aprendieron a ser madres de una forma masculina… o no respondiendo a sus conexiones corporales por ejemplo, donde muchas han tenido que dejar de dar la teta para “salir al mundo” a independizarse, etc. Ahora muchas mujeres madres entienden que la forma que les pide el cuerpo, su cuerpo femenino, de maternar es válida…

Sí, sí. Pensamos lo mismo tú y yo en los análisis de esto. Tenemos muchas más preguntas y maneras de juntar ciertos elementos que una respuesta cabal de eso, “esto es así, o así”. Pero el hecho de traerle a una mujer embarazada momentos de armonía, de felicidad, que ella se sienta una con el universo, eso estamos cambiando el tejido de la humanidad.  Y son muchas y muchas las que están caminando pese a que no hay un terreno para eso. Hay una gran invasión de cosas: tienes que sentirte muy insegura, hacerte todos los exámenes, entregar tu cuerpo, tu alma y tu mente hacia la medicina. Hay madres que logran dar consciente o inconscientemente, a nivel de sustancia interna, la fuerza para que sus hijas sean lo independientes que ellas no pudieron ser. Entonces así lograron dejarnos algo mejor. La interioridad de una mujer embarazada significa un gran tesoro, si es una buena interioridad, para ese futuro adulto que va a caminar por el planeta, que le van a encantar los cambios, que va a querer mirar cada situación sin miedo primero, ¿por qué siempre tener primero miedo y después ver qué es lo que pasa? ¡No! Es posible que al final haya que tener miedo de algo pero no a priori.

A nivel de gestación extrauterina, ¿por qué es importante amamantar? Esto te lo pregunto porque hay feministas que realmente no consideran que sea algo digno de mencionar, incluso se proclaman en contra de este momento tan íntimo entre mamá y bebé.

Mira, es muy importante oír a una mujer que habla eso porque ella se está fijando, como dicen las feministas de Estados Unidos, en la tiranía del recién nacido, “Yo no puedo hacer nada, ¡ni siquiera pipí! Porque está mi bebé pendiente justo cuando nace”, tomarse una ducha, hay que negociar… Hay días que ducharse es un gran evento. En esos 20 minutos que el bebé se duerme, vas a ducharte, te vuelves a sentir humana y luego la criatura se despierta y de nuevo demanda tu cuerpo. Las feministas latinoamericanas quieren conocer los procesos femeninos de sus cuerpos, los quieren estudiar. Las norteamericanas dicen “¡no! Deja que haya una fórmula para alimentar al bebé, vamos a liberarnos de lo que nos ha oprimido durante siglos”. Pero no fue la maternidad la que nos oprimió, porque no la hemos hecho bien. No nos hemos quedado con nuestros hijos. Cuando podíamos pagábamos niñeras, nodrizas… cosas que pasan. Yo veo por el lado eso de la Alquimia, fíjate el rojo de la sangre, ustedes son Luna Roja, ustedes saben la fuerza de la sangre, lo que es la vitalidad del rojo, pero al complementarlo con la pureza, la fuerza del blanco de la leche hay una complementación extraordinaria de vida. La fuerza y la ternura, porque la ternura tiene su fuerza y la fuerza su ternura, pero cuando tú pones las dos juntas es muy fuerte. Ahora, la ciencia -que yo admiro mucho- logró después de mucho, mucho tiempo, organizar una leche para que los bebés recién nacidos no se mueran, entonces pueden alimentarse y pueden crecer. Está muy bien. Pero ¡vaya! No se compara con lo que es a nivel científico, molecular, la leche materna. La leche materna cambia del principio al final de un momento de amamantamiento. Cambia en la noche, cambia en el día, cambia de maneras impresionantes según quién es ese bebé y quién esa mamá. Entonces, no es posible en ese momento darle al bebé algo tan bueno como la leche materna. Científicamente, vamos a olvidar incluso la cultura. Lo que las mujeres modernas quieren es tener hijos independientes, hijos que puedan vivir su propia vida. Eso yo lo veo lindo. ¿Cómo uno puede implementar la independencia en alguien? ¡Haciéndolo seguro! Para que pueda ser independiente. Entonces, ¿cómo conquistar esa seguridad? Bueno, estando pendiente de sus necesidades, mostrándole que la vida es buena. Cuando uno amamanta a su hija le dice que está ella, ¡ellos no saben esperar 5 minutos para que calientes la leche! Y ahí ya están llorando y recibiendo el biberón con un estado lleno de adrenalina. Cuando uno se enfada muy fuerte antes de almorzar, la comida no tendrá la misma digestión, no será digerida de la misma manera que si uno está en paz antes de comer.  A veces hay adolescentes que entre los 13 y los 15 años reclaman la atención de la madre diciéndole a gritos “¡Tú nunca haces nada para mí!”, con unas quejas fuertísimas, porque a nivel inconsciente están reclamando esa leche materna, como diría mi amiga junguiana Eleanor. El bebé de forma inconsciente sabe que hay más. Ese embarazo como tú lo dices, extrauterino, tiene su propio código de alimentación. Sería demasiado abrupto nacer y nunca más tener nada de esa mamá cuando tú acabas de pasar tus primeros nueve meses, desde que eras una célula solamente, recibiendo su sangre y ahora nada más recibes de ella… sería drástico. Eva Reich miró en el microscopio la leche materna y la leche maternizada, ¡wow! Una era brillante, llena de vida, la otra era ¡nada![2] Es triste.

Uno de los argumentos de las feministas sobre el hecho de que no importa dar leche materna o maternizada es que ambas tienen contenido transgénico…

Es verdad, es verdad. Todas las poluciones agro-tóxicas están en nuestro vientre y salen por la leche materna. Es verdad que a nivel de cómo están los agro-tóxicos, hasta el líquido amniótico de la madre está contaminado, por las poluciones en nuestra agricultura. Pero yo te hablo de polución energética. La polución de la leche maternizada es energética y también hay transgénicos. No sería la cosa solamente para el medio ambiente y todo. El bebé, el cuerpo humano, va a tener que adaptarse a una alimentación que no es la ideal, pero va a tener en la leche materna todos los beneficios, mismo que hay algunos no beneficios (por la polución). Esa parte etérea de la leche maternizada no la tiene, la parte sutil, la parte energética. Es decir que las dos leches están contaminadas, a veces incluso la de la madre lo está más que la maternizada sobre todo si la madre no tiene acceso a alimentos libres de agro-tóxicos, pero la parte energética y la programación para ese bebé es mucho más adecuada con la leche materna, que incluso durante el día o la noche no es la misma porque cambia, no como la maternizada. Si uno empieza a tener miedo de la contaminación del medio ambiente para el alimento, el miedo no es un buen consejero. Si uno empieza a tener miedo ya se está sometiendo al sistema. Es mejor decir que mi organismo va a tener elementos para luchar contra esos agro-tóxicos y mi bebé también, es mejor confiar en la capacidad de adaptación que tenemos, incluso de regalarle al planeta un hijo que no lo va a contaminar y que va incluso a traer soluciones para eso. Entonces, esas personas que dicen: “no es necesario amamantar, la mujer pierde su libertad”, se están olvidando que para plantar la libertad de un hijo para la edad adulta, es mejor entregarle un año y medio, dos años -depende de lo que la mujer quiera hacer-  de amamantamiento porque eso es el instrumento, la herramienta más interesante para la independencia más tarde. Aceptar esa dependencia al inicio como lo programó nuestra neuro-fisiología para que después tengamos en el planeta caminando de manera firme un adulto independiente, que recibió lo que era suyo y que no va a intentar quitarle a nadie lo que no es de él. Los gobiernos nos quitan tierras, nos quitan dinero, nos quitan esperanza, nos quitan estudios, ¿por qué? Porque no fueron bien recibidos en la vida, no nacieron con plenitud. Siempre quieren más para ellos, para su bolsillo. Esa actitud, ese capitalismo salvaje que pasa en tantos países es para mí una muestra cabal de cómo es peligroso en el planeta un ser con demasiado poder intelectual y poco poder interior, que siempre quiere sacarle a los demás lo que él no recibió. Esos bebés no amamantados de mi generación hemos hecho un daño a la humanidad como muchos otros que no han sido amamantados.

Para la mujer está en el eje de la cuestión la libertad, ya que se la considera perdida cuando da la teta…

Sí, pierden, y hay que regalársela. Es verdad, una pierde la libertad de ir y venir, pero te pregunto ¿no la tenías antes a esa libertad? Dentro de un año o dos la tendrás otra vez. ¡Caramba! ¿Para qué tener un hijo? James Prescott fue a las prisiones para descubrir personas que hubieran sido amamantadas durante seis meses y lo descubrió.[3] Hay gente que quiere hacer tesis sobre eso. Hace poco tuve la oportunidad de asistir a un evento sobre la humanización del nacimiento y se habló del amamantamiento  y decía la psicóloga que un buen tema de doctorado sería ir a recorrer las prisiones para ver quién está allá. Hay que probarlo. Eso para mí no es suficiente, porque no es porque un bebé ha sido amamantado que no se va a tornar criminal. Pero si el embarazo fue aceptado, lo mismo si deseado, si hubo armonía, si hubo ese amamantamiento con entrega y cariño, ¡uy, ese niño ya sabe mucho más de amor! que el otro que no tuvo ni siquiera eso, y vivió entre las drogas. Es muy interesante la emoción que uno siente cerca de una mujer que está amamantando. Claro, hay que desarrollar un poco la sensibilidad, pero uno sabe que eso está correcto.

En este sentido el amamantamiento nos invita a deconstruír nuestra noción de libertad individual para invitarnos a ver también el acto de amor y entrega que supone…

Sí, uno le regala su libertad a un hijo. Es el contrato más absurdo que vamos a firmar en nuestras vidas. Son 24hs al día, los siete días de la semana que vamos a ser mamás, por muchos años, vamos a trabajar muchísimo, y no solamente no vamos a ganar dinero pero vamos a gastar bastante. ¿Quién quiere un contrato así? ¡Hay que estar loco! Por otro lado, vamos a decidir en otra especie, no será en plata, será en inspiración, en conciencia, en alegría. Cuando uno se dedica al otro uno puede crecer tanto… Por eso es bueno tener hijos, tal vez no tan joven cuando uno quiere ir al nightclub o al cine, vete a donde tú quieras por todos los años que necesites, después cuando te llegue el momento de ser mamá fíjate en la belleza de cada hora que pasa durante el día. Encontrarás otras alegrías y hay momentos lindísimos cuando uno está con un bebé o con un niño de dos, tres años. Es mucho más complicado estar con un niño de dos, tres años que ir a trabajar, claro, porque en el trabajo tú lo controlas todo en cambio con un niño de dos, tres años tienes que controlarte a ti misma. Pero cuanto más autodominio tengas, más fácil es educar a un bebé porque él se pone más pacífico. Verás cómo las personas que no tienen mucho dominio, gritan mucho y le ponen tanta angustia al bebé que se hace más difícil. Es un momento lindo para el crecimiento interior tener un bebé, porque te ayuda a educarlo. Pero sí es verdad, hay que decirles a esas mujeres que una va a regalar al bebé algunos añitos de independencia. Sí. Una pierde su libertad y a veces de manera total, incluso que no duerme. A veces hay noches que no duermes y te preguntas si perteneces todavía al género humano (risas), “¿dónde estoy yo?”. Y luego vienen las primeras seis horas sin interrumpir, y una piensa qué lindo que es dormirse sin despertarse a cada rato. Pero uno crece, uno crece mucho, y ese crecimiento es la universidad de la vida que te lo da por tu entrega al proceso del crecimiento de un pequeñito, un cuerpo pequeñito porque el Ser puede ser grande. Yo creo que hay que dejar que la gente diga que eso te saca la libertad a uno, porque sí es verdad, pero tú puedes regalarla, porque es algo mucho más valioso, y estás así contribuyendo a un ser libre que va a dejar a los otros en paz, un ser que no va a ser violento. Tener un hijo violento debe ser tan duro.

A partir de conquistas que han tenido las mujeres en diversos ámbitos de lo público, ahora todo lo que nos identifique con lo privado se ve como un ataque a la libertad, o como una pérdida de identidad y de independencia económica… ¿Hay una necesidad de poner a la libertad como argumento para negarse a una misma como mujer? Se hace confusa la línea entre libertad y responsabilidad con una misma…

Me encanta cómo planteas la situación. Una mujer universitaria, con su vida sexual activa, sus métodos anticonceptivos… somos tan ignorantes después para la concepción consciente. Conocemos bien la anticoncepción consciente pero no conocemos bien qué es nuestro potencial para trabajar con la vida.  Muchas veces las carreras universitarias que elegimos no nos van a traer plenitud. A veces incluso hay mucha cosa amarga en la mujer que logró ser una gran profesional pero no se encuentra en su femenino. Es interesante, creo que todo eso va a necesitar un equilibrio. Por eso hoy existen mujeres pioneras, que van a traer una generación que va entender mucho más que hay momentos para sembrar y momentos para la cosecha. Hay inviernos y hay veranos. Y lo mismo la mujer que es la más independiente del mundo, gerente de su propia empresa, puede perfectamente con toda su dignidad de mujer decir que cuando tenga hijos va a quedarse en casa. Le dirán que qué locura, que el dinero que no va a ganar… pero va a ganar en ver el crecimiento de sus hijos. Puede tener un auto en vez de dos, puede tener una casa menor. Es una cuestión de uno mismo. Eso en Estados Unidos ya fue posible. Incluso cuando regresas al mundo profesional regresas con toda tu fuerza. Uno no se pierde. Cuando uno sirve a la vida, uno sirve a la importancia de un ser que llega al planeta. Yo veo a la Vida como una Entidad. Esa Luna Roja, ¿quién la hace? ¡Es la vida! No es mía. Uno va a perder mucho a nivel de civilización occidental si para de trabajar unos años, pero va a ganar tanto cuando otra vez retome su trabajo y salario… porque si nos identificamos a nuestro salario vamos a estar perdidas. Somos más que un salario. Porque si no entonces es mejor no tener hijos. ¿Por qué tener un hijo que uno va a cuidar, que una no va a amamantar? No es necesaria más gente en el planeta, pero sí se necesita más gente generosa, que sepa pensar, sentir, amar, eso sí necesitamos… no hay necesidad de cantidad. La supervivencia de la especie ya está bien. Mira, ya tenemos mucha gente en el planeta. Pero fíjate, supongamos que yo me ocupo de inclusión social, y hago cosas que me fascinan en ese sentido, bueno justamente cuando viene el bebé tengo que incluirlo en mi vida, y no hacer una exclusión de mi bebé para ocuparme de la comunidad, sino no es ayuda verdadera. Hay que tener un cierto nivel de coherencia. ¿Qué quiero yo con mi trabajo, más poder adquisitivo? Entonces no tener un bebé. El bebé va a darme un poder de vida que no es equivalente al adquisitivo.

Hoy muchas mujeres están divididas entre criar a sus hijos y volver al mercado laboral, y esa es una situación complicada…

Esos problemas que parecen indisolubles son muchas veces los más fáciles. A veces no es ir contra algo o alguien. Yo sé que las soluciones existen, necesitamos la buena voluntad. Esta sociedad no está bien. El modelo de trabajo para hombres y mujeres no está bien. Podemos dedicarnos a traer al mundo ciudadanos que serán educados con el planeta, ser madres, o a través de nuestro activismo social –algo fabuloso para empoderar a los demás-.  Sé que hay soluciones. Yo siempre fui mi propia jefa, y estoy muy agradecida con la Vida. A través de ella me he encontrado con personas como yo, que han puesto los valores al mismo nivel que los actos. Coherencia. La Vida me ha dado flores maravillosas con las que he cultivado un hermoso jardín. Estoy inmensamente agradecida.



*Nacida en Nueva York. Con una vida en tres continentes -sólo le falta visitar Asia- conoce gran parte del mundo. A los 18 años comenzó sus estudios universitarios en La Sorbona, donde obtuvo el título de Licenciada en Psicología Experimental. Dedica su vida a divulgar la importancia de la imaginación durante el embarazo, la concepción consciente, y todas las temáticas vinculadas a la salud física y psicológica prenatal  y perinatal. Actualmente reside en Río de Janeiro, desde donde nos permitió realizar esta entrevista vía Skype.

Algunos enlaces que podés visitar para saber más sobre Laura:

Wonders Of The Womb: http://www.wondersofthewomb.com/

Laura Uplinger  “Dime cómo naces y te diré quién eres”:


Las imágenes que aparecen en este post son de contenido web.


[1]Sobre el baby blues o leve depresión postparto (ver como una ayuda informativa sobre el tema): http://www.bebesymas.com/postparto/baby-blues-o-leve-depresion-postparto  [Nota de la A.]
[2] Ver más: “La leche materna tiene luz propia”: http://saraillamas.blogspot.com.ar/2011/08/la-leche-materna-tiene-luz-propia.html . [Nota de la A.]

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