Por Florencia Kot Hansen
En enero de 2012 empecé con un cuadro de mucha angustia y ansiedad que me impactó profundamente, dado que no tenía ningún motivo objetivo para estar mal: estaba de vacaciones, mis hijos estaban sanos y hermosos, con mi pareja habíamos llegado a un momento de estabilidad óptima y mi trabajo me gustaba. Sin embargo, como el cuadro no mejoraba, con el correr de las semanas consulté a un psiquiatra, que me recetó un antidepresivo.
Pero el cuadro no desapareció y lo que me llamó la atención fue que se agudizaba con los síntomas premenstruales. Entonces decidí hacer lo que todos desaconsejan: buscar respuestas en Internet. Quería saber si existía alguna relación entre los dolores menstruales, el uso del Dispositivo IntraUterino (DIU), la ansiedad y la angustia. En mi primera búsqueda en español, sólo aparecieron vínculos relacionados con el DIU hormonal. Repetí la búsqueda pero esta vez en inglés. Fue como abrir la caja de Pandora. Con gran sorpresa descubrí que el DIU de cobre, el cual me fue presentado por el obstetra como un método barrera e inocuo, en realidad funciona gracias a la interacción del cobre con el organismo. El cobre impide que se genere la pared en el útero donde anidan los óvulos fecundados y, además, es altamente espermicida. El rol del cobre es primordial en este método anticonceptivo, tanto como lo son las hormonas en el DIU hormonal. Después de cruzarme con varios foros donde cientos de mujeres presentaban cuadros similares al mío (cuadros de depresión, ansiedad y pánico que aparecen de la nada), me enteré de que, al parecer, un exceso de cobre en el organismo puede generar, entre otros, síntomas de depresión, ansiedad, pánico, acné, pérdida de cabello. Tuve todos estos síntomas. Ninguno de los profesionales que consulté admitieron la relación de éstos con el DIU. Todos coincidían en señalar que la cantidad de cobre es mínima para producir algún efecto nocivo en la salud.
Como mujer y como feminista, me resulta doloroso “embarrarle la cancha” a un método anticonceptivo tan eficaz para tantas mujeres. Sin embargo, creo que todas tenemos derecho a tomar una decisión informadas, todas debemos saber qué riesgos estamos asumiendo a la hora de optar por un anticonceptivo y evaluar si realmente vale la pena. En http://cuidadoconeldiudecobre.wordpress.com/ estoy subiendo en castellano la información que voy encontrando. Mi objetivo es acercar esta información a la población de habla hispana y abrir un interrogante acerca de la real inocuidad del DIU. Lo vivido, lo leído y lo investigado me llevan a pensar que hay mucho más que lo informado en los prospectos. Los invito a leer y sacar sus propias conclusiones.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/20-7685-2012-11-30.html
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