Comprender que los pensamientos y emociones afectan al funcionamiento de la energía en el cuerpo femenino nos sirve para descifrar el lenguaje único de nuestro cuerpo individual. La localización de una enfermedad, es decir, dónde se produce, tiene un significado psíquico y emocional. Pautas mentales y emocionales concretas están relacionadas con lugares específicos del cuerpo. Los pensamientos, emociones y comportamientos se reflejan o quedan estampados simultáneamente en el cerebro, la médula espinal, los diversos órganos, la sangre, el tejido linfático (inmunitario) y el campo electromagnético que rodea todas estas zonas. Entender las diferentes formas dinámicas de energía que nuestro cuerpo origina y en las cuales actúa, va a servirnos para valorar cómo se manifiestan en el cuerpo individual las energías positivas o negativas.
El continuo materia-energía
El sistema vibratorio del cuerpo va cambiando siempre, y la posibilidad de sanar o de enfermar está presente en todo momento. Las células precancerosas, por ejemplo, se producen con regularidad; pero sólo forman cánceres invasores cuando se deterioran los controles internos. La energía mental y emocional entra y sale de forma física con regularidad, oscilando en el continuo formado por energía y materia, partículas y ondas. (…) Dicho muy sencillamente, la energía mental puede volverse física en el cuerpo.
Cuando tenemos un estrés emocional constante no resuelto en un determinado aspecto de la vida, este estrés se registra en nuestras vibraciones como una perturbación que puede manifestarse en forma de enfermedad física. He aquí como ocurre: cuando estamos obsesionadas por alguien o por algo, o seguimos aferradas a pensamientos o comportamientos autodestructivos, el cuerpo pierde energía vital. Cuando nos obsesionamos, obstruimos la energía (chi, ki, prana o qi) en un proceso negativo que la desvía de nuestras células, con lo cual se interrumpen los procesos celulares vitales. (…)
Percibir el cuerpo como un campo energético que pierde energía nos es útil para entender y comenzar el proceso de curación. (…)
Muchas veces no somos conscientes de esas pérdidas de energía. Pero si continúan sin ser sanadas, la consecuencia suele ser el malestar corporal. Los síntomas corporales pueden servirnos para llevar la atención a esa zona de modo que pueda comenzar la curación. (…)
La energía de la Tierra
Las filosofías orientales tradicionales describen la profunda interacción entre la energía de la Tierra y la del cuerpo físico humano, y la fuerte conexión entre la energía femenina y la atracción natural de la Tierra. Entender que la naturaleza de la mujer, con sus flujos y sus reflujos, es positiva y poderosa, nos da la oportunidad de sanar y vivir en forma equilibrada y sana.
Según algunas creencias orientales, el cuerpo de las mujeres difiere del de los hombres en que la energía de la Tierra sube por nuestro cuerpo y lo penetra. Esta energía femenina “atrae hacia adentro”, es una fuerza centrípeta, y es irresistible. Es tan poderosa, que si se vive en un ambiente familiar, la mayoría de los miembros de la familia giran alrededor de la persona que tiene la mayor energía centrípeta (generalmente la madre), y cuando ya no está la notan agudamente. Los hijos se guardan sus quejas para contárselas a su madre al final del día si ella no ha estado en casa. Mis hijas siempre necesitaban saber en qué parte de la casa estaba. Si salía de una habitación, antes de que pasara un minuto me llamaban: “Mamá, ¿dónde estás?”. Cuando eran más pequeñas siempre tenían que estar conmigo en la misma habitación. No pude darme un baño sola hasta que la mayor tenía alrededor de nueve años. En cambio, cuando las niñas eran pequeñas, mi ex marido tenique estar ausente mucho más tiempo que yo para que ellas lo notaran. Esa energía centrípeta de la mujer está en funcionamiento cuando se pone al bebé al pecho, y cuando acepta el pene en su vagina (si es heterosexual) y su óvulo envía señales químicas a los espermatozoides para que naden hacia él. Esta potente energía está presente no sólo en nuestra biología sino también en el corazón y la mente, en forma de nuestros sueños y deseos únicos. Cuando la mujer encuentra el valor para expresar esos deseos, a sí misma y a otras personas, no tarda en descubrir que su irresistible energía centrípeta la ayuda a hacerlos realidad.
Michio Kushi, el maestro de macrobiótica que fue el primero en ilustrar y escribir sobre esta forma de energía para lectores occidentales, señala que la fuerza centrípeta de la Tierra que sube por los pies está presenta también en los hombres, así como la fuerza del cielo, que baja y entra en el cuerpo por la cabeza (fuerza centrífuga), está también presente en las mujeres. Lo que difiere es el grado en que está presente cada energía. En general, en las mujeres hay más energía de la Tierra que sube. Me han dicho que las mujeres del pueblo navajo usan faldas porque eso aumenta el acceso del cuerpo a esa energía de la Tierra a través del círculo que forma la falda (véase figura 1). La tradición lakota sostiene que la energía de la mujeres durante la menstruación (llamada periodo lunar) baja en espiral en sentido inverso a las manecillas del reloj, y entra en la Tierra. (Debido a eso las mujeres que están menstruando no participan en las ceremonias de sauna, porque su energía está reñida con la energía en espiral hacia arriba de la ceremonia.)
La energía centrípeta es una fuerza conectora que influye en todas las personas que nos rodean, porque las mujeres tendemos a ser el centro de la vida familiar, las que asumimos la responsabilidad psicológica del bienestar de los demás miembros de la familia. Por lo tanto, cuando una mujer mejora su vida, generalmente toda la familia se beneficia (tenga hijos o no). Ella marca el tono. El bienestar de la familia y el de la sociedad dependen de que las mujeres sanemos y nos mantengamos sanas. Parte de la creación de salud es entender el poder de la energía femenina y sus implicaciones. La salud de los seres queridos de una mujer está directamente ligada a su salud personal. Por lo tanto, nos debemos a nosotras mismas primero tomarnos el tiempo que necesitamos para sanar, para estar sanas, felices y completas. No se puede apagar la sed de otra persona si se tiene el vaso vacío.
Northrup, C. Cuerpo de mujer, sabiduría de mujer. Urano.
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